domingo, 27 de marzo de 2022

EL PERDÓN

Bien pareciera a veces ser imposible perdonar, porque el daño hecho a nosotros ha sido de tal magnitud que simplemente tenemos dudas que nuestro perdón incluso sirviera de algo, también el daño pudo recaer en alguien que queremos o simplemente a nuestro poblado o a nuestra nación.

Entonces dispongámonos a tener en cuenta lo siguiente, es necesario tener en cuenta que el perdón aparte de ser reparador para la persona que lo recibe, tiene un mayor significado en nosotros mismos, que somos quienes lo damos, y es aquí donde tenemos en cuenta lo mucho que nos brinda este maravilloso poder que nos ha regalado Dios.
Entonces tomar en cuenta que dicen las escrituras en este sentido. No obstante, es necesario, antes, explicar acerca de los designios de Dios originalmente.

Adán y Eva luego que fueron expulsados del paraíso tuvieron a su primer hijo Caín y luego a Abel. Caín era labrador de la tierra y Abel pastor de ovejas ambos llevaron sus ofrendas a Dios. La ofrenda de Abel fue bien vista por Dios y no la de Caín, por ende este último se ensañó de gran manera con Abel. Dios trató de que entrara en razón, mas él no lo hizo. 

Génesis 4, 8
Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.

Entonces Dios castigó a Caín y él dándose cuenta, de tan grande castigo que no iba a poder soportar, tuvo miedo de morir. Es por eso que Dios actuó.

Génesis 4, 15
Y le respondió Yavé: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Yavé puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara. 
Tuvo Caín descendencia y Dios grande de amor y de dicha no lo dejó morir.

Génesis 4, 23 - 24 
Y dijo Lamec a sus mujeres: Ada y Zila, oíd mi voz; Mujeres de Lamec, escuchad mi dicho: Que un varón matare por mi herida, y un joven por mi golpe. Si siete veces será vengado Caín, Lamec en verdad setenta veces siete lo será.

Este es el principio del perdón de Dios que aunque Caín mató a su hermano no permitiría que muriera a manos de alguien.
Esas últimas palabras de Lamec fueron dichas luego que naciera nuevamente un descendiente de Adán.

Génesis 4, 25 – 26
Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín. Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Yavé.

Como se ve Dios actúa en favor del hombre recompone, restituye, enmienda los caminos equivocados que pueda tomar, pero muchos piensan que nunca debemos equivocarnos y que nunca debemos pecar; ese es el camino único, pero Dios nos reprenderá en ese sentido.

Jesús la plenitud de la revelación habla acerca de ello.

Mateo 18, 21 – 22
Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.

Guarda estrecha relación con lo que nos dice el Dios Padre en génesis, que le pone señal a Caín para que no lo maten y si lo hiciese será siete veces castigado. Y Lamec indica a sus mujeres Ada y Zila que Lamec setenta veces lo será “Que un varón mataré por mi herida, Y un joven por mi golpe. Si siete veces será vengado Caín, Lamec en verdad setenta veces siete lo será.” 

Cuando esto dijo, Dios lo bendijo; le fue dado el retoño del nuevo Abel, el hijo de Lamec –indica conoció de nuevo Adán a su mujer– quien tuvo a su hijo Set –en sustitución de Abel que fue dado muerte por Caín–.

Lamec tuvo dos mujeres Ada y Zila, de la generación de Ada salen los que viven en tiendas y crían ganados, también los que tocan arpa y flauta, de Zila nacen la generación artífice de toda obra de bronce y hierro.

Génesis 4, 22
Y Zila también dio a luz a Tubal-caín, artífice de toda obra de bronce y de hierro; y la hermana de Tubal-caín fue Naama.
También dijo Jesús.

Mateo 5, 22
Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.

Este dicho lo dice Jesús indicando.

Mateo 5, 17
No crean que yo vine a suprimir la Ley o los Profetas. No vine a suprimirla, sino para darle su forma definitiva.

Hasta acá se puede entender la real significancia del perdón, como que libera al hombre, que encamina, que restablece completamente su alma, porque desde el principio Dios así lo quiso, desde que Caín se apartó de Dios.

Desde el capítulo cinco de génesis, posterior a los textos expuestos arriba ya no se habla de la generación de Caín, sino la generación de Adán. 

Génesis 5, 1 – 4 
Éste es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados. Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.

Como ven Dios restituye al hombre y olvida su pecado y quien tocare nuevamente o maldijese la generación de Caín o lo ofende Lamec –el nuevo Adán– será castigado setenta veces siete, es correcto decir que Jesús es el nuevo Adán y que no cabe en él, pecado por ser hijo del Dios verdadero, por tanto la ley indica no ofender a su hermano, pero si se cae en ello debemos pedir perdón y se nos será otorgado por la infinita misericordia de Dios nuestro Señor.

Hay textos acerca del perdón y la forma de pedir, el rey David de quien desciende Jesús es quien escribió los Salmos.

Salmos 51, 1 – 3
Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí.

Como se sabe él también pecó como todo hombre; pero supo arrepentirse de cuánto había hecho, y volvió a ser la persona alegre y llena de vida gracias al perdón.

En el evangelio de hoy podemos ver cuán grande es la misericordia de Dios, al ver a su hijo caído reconocer su pecado.

Lucas 15, 1 – 3, 11 – 32
Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Éste a los pecadores recibe, y con ellos come…
Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.

Si vemos esta parábola nace luego de las murmuraciones y enfado de los fariseos, que aun todo conocer las escrituras se niegan a reconocer a Jesús como quien restablece al hombre a través del propio hombre reconociendo su pecado, Dios en su infinita misericordia libera al hombre de la esclavitud del pecado.

En otro texto se indica.

Isaías 1, 16 – 18
Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. Venid luego, dice Yavé, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

En todo podemos darnos cuenta que Jesús enseña que el amor de Dios está dado siempre que nos apoderemos de su misericordia y no nos enaltezcamos.

Pues así como Caín se enalteció pensando que Dios despreciaba su ofrenda y se enfureció contra su hermano Abel, se adueñó el pecado en él, pensó restituirse a sí mismo despreciando la corrección de Dios.

Ahora es indispensable llegar hasta el final, al final de los tiempos donde cobra significancia el perdón, pues nos conduce a la vida eterna.

Apocalipsis 5, 5
Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo. Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.

En el final de los tiempos es Jesús el único que puede traer la salvación al mundo. Es como en el texto donde Él indica es quien hará prevalecer el libro y los siete sellos.

En la parábola del hijo pródigo los fariseos reclaman porque come con publicanos y pecadores, se refleja en el hijo mayor que no quiere entrar en el banquete que hizo el Señor para su hijo recuperado del pecado. Entonces Él mismo sale y le ruega que entre al banquete, a la fiesta, pero éste da sus razones porqué no acepta la actitud de su Señor Padre.

También damos cuenta en la siguiente parábola.

Mateo 21, 31 – 32 
¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.

Claramente indica que el camino es el arrepentimiento y el perdón, que aun llevemos una vida llena de pecado; el arrepentimiento nos hará reconocer a Dios como tal, es lo que nos va a quitar la venda de los ojos, finalmente saber que es el demonio quien nos lleva a la destrucción.

En todo esto indica que aún los fariseos llegarán al reino de Dios porque también podemos ver que indica “los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.” No indica que no entrarán, sino que serán precedidos por los que se arrepienten.

Mateo 19 – 29
Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros.

Mateo 20, 7b – 32 
Él les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo. Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. Y al venir los que habían ido cerca de la hora un décima, recibieron cada uno un denario. Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario. Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día. Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.

Hermanos no tengan dudas que la misericordia de Dios te alcanza cada día de tu vida. Así como Dios acepta la ofrenda de Abel.

Génesis 4, 4
Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. 

Génesis 4, 6 – 7
Entonces Yavé dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. 

Dios conoce nuestro corazón, pero si encuentra algo inadecuado, ciertamente, nos reprende así que, como la generación de Caín está en las manos de Dios, no debemos despreciar la corrección.

Mateo 25, 41
Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

Mateo 25, 46
E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

Mateo 16, 25 – 26
Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.

Hasta acá pareciese que hay condenación eterna para el hombre que se aleja de Dios, pero no olvidemos que el más pequeño es el más importante en el reino de Dios. Jesús vino para recuperar lo que estaba perdido.

Lucas 14, 21 – 24
Vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos. Y dijo el siervo: Señor, se ha hecho como mandaste, y aún hay lugar. Dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa. Porque os digo que ninguno de aquellos señores que fueron convidados, gustará mi cena.

Los pobres, mancos, cojos y ciegos son quienes llegan al banquete arrancados de las cosas que perdieron en vida, pero que dolorosamente se desprendieron para entrar en la gloria de Dios. 

Pero los que no reconocen la voluntad del Señor como dice en la parábola “Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa.” Son los hombres que nunca lograron enmendarse, pero en el final de los tiempos cuando se devele el verdadero rostro del diablo, que es quien engaña y miente, serán alcanzados por la misericordia; Dios los alcanzará porque el Reino de Dios está hecho para salvar a la humanidad, de la barbarie del pecado, porque el diablo que fue creado como portador de luz –Lucifer – no le está permitido de entrar. “Porque os digo que ninguno de aquellos señores que fueron convidados, gustará mi cena.” Lucifer estaba destinado para tener la dicha de estar con Dios, pero se apartó, se rebeló y él arrastró un tercio de los ángeles y su destino, desde que fue echado del trono de Dios, es la condenación.

Mateo 22, 12
Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció.

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