miércoles, 23 de marzo de 2022

EL ESPÍRITU SANTO

 EL ESPÍRITU SANTO

Génesis 2, 7

Entonces, Yavé Dios formó al hombre con polvo de la tierra, luego sopló en sus narices un aliento de vida, y existió el hombre con aliento y vida.

Es preciso notar que, formó al hombre con polvo de la tierra, la materia creada del hombre proviene de allí y es también esencia para que el Espíritu Santo viviese en el hombre a través de un soplo en las narices, o aliento de vida. También significaría estar hecho de dicha materia para dar vida al hombre íntegramente. Existió desde el principio, en la creación del hombre, a imagen y semejanza de Dios, por el soplo de “aliento y vida” porque el soplo es muy similar al aliento y eso nos impregnó un espíritu como el de Él.

Hay varios textos en adelante donde se refiere al Espíritu Santo

Hechos 2, 1 – 3

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos de repente vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde estaban, y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.

Aquí se posa el Espíritu Santo como la forma de una ráfaga de viento, a la vez como fuego.

Juan 3, 5 – 7

Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

En este texto Jesús hace clara alusión al bautismo como nacer de nuevo, viene a nacer del agua y del Espíritu.

Ahora qué sentido tiene la vida; el espíritu del hombre. En los tiempos de Jesús no había estudios científicos como ahora, en psicología y para muchos otros aspectos de la conducta es necesario entender que se tiene que el hombre está compuesto por razón, emoción y espíritu. Los tres guían al hombre para tener un equilibrio perfecto, lo que da cuenta de lo importante que es el Espíritu, porque de los tres es el principal.

Juan 16, 7 – 8 

Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si yo no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si yo me voy, os lo enviaré. Y cuando él venga, reprenderá al mundo acerca del pecado, y de la justicia y del juicio.

Entonces, el Espíritu Santo es el consuelo para el hombre, las palabras finales son “y del juicio.” Es decir, toma un papel trascendental en el juicio. Recuerden entonces lo que Jesús dijo a Pedro.

Juan 21, 17

Le dijo la tercera vez: Simón hijo de Jonás, ¿me amas? Se entristeció Pedro de que le dijese por tercera vez: ¿Me amas?, y le dijo: Señor, tú sabes todas las cosas; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

Entonces tiene relación del propósito de enviar el Espíritu Santo, que en el texto anterior donde dice que Jesús se va, porque al irse el consolador (El Espíritu Santo) vendrá a nosotros. Consolar y apacentar es significativamente equivalente.

Mateo 16, 18

Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.

La función principal del Espíritu Santo es consolar y tendrá un enorme significado en el final de los tiempos.

Pero antes veamos el versículo siguiente, qué dice Jesús luego de “apacienta a mis ovejas” porque Jesús al preguntarle tres veces quiere que tenga claro que en el final de los tiempos esto es lo principal que debe de tener la iglesia.

En el versículo siguiente.

Juan 21, 18

De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro.

Guarda relación con el texto.

Lucas 23, 31

Porque, si esto hacen con el árbol verde, ¡qué no harán con el árbol seco!

Es Jesús diciendo estas palabras poco antes de ser crucificado. La iglesia empezó con Pedro, pero no debe olvidar la función principal, al crear su iglesia con él, es de tener viva la llama del Espíritu Santo la de apacentar, la de consolar, es por eso que le remarca tres veces a Pedro “Pedro me amas” si a Jesús hicieron padecer la maldad del pecado de todo el mundo, cuando se haya ido, el diablo intentará que padezca los que le seguimos, la iglesia, siendo “el árbol verde” es decir la iglesia joven, porque Él es la cabeza de la iglesia, pero cuando se vaya nos deja a su sucesor Pedro en adelante el papa, “¡qué no harán con el árbol seco!”

Pedro en el final de los tiempos o el papa allá en los sucesos que sobrevendrán en el apocalipsis cuando “y está para subir del abismo e ir a perdición”, en el apocalipsis, el maligno, a Pedro indica “extenderás tus manos, y te ceñirá otro” este “otro” es la bestia del apocalipsis.”

Recordar el pasaje en la página donde se habló de “Lo opuesto del amor” (texto que dejaré en el enlace al final de este texto) pues bien ahí se habló del demonio quien “será echado a perdición” al final de los tiempos.

Todo hace indicar que la iglesia con la cabeza el papa estará ceñido a sus grandes prodigios; habrá sucumbido ante su poder.

Apocalipsis 13, 13

También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres.

La bestia ceñirá a la iglesia bajo estas señales o prodigios, pero el papel del Espíritu Santo es inmenso. La iglesia a la cual fe dada el Espíritu Santo de alguna forma le será quitada la autoridad del Santo Espíritu. darán autoridad ante los hechos tan evidentes de poder, pero no es el final.

Juan 1, 5

La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

Elocuente, Jesús dice sobre la iglesia cuando nombró a Pedro, al igual que Juan lo nombra a Él en el principio, en la creación.

Juan 1, 4

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

Por más ceñida que se encontrase la iglesia al maligno, “y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” eso dice Jesús al edificar su iglesia sobre la piedra de Pedro, pero la salvará el Espíritu Santo. Entonces la iglesia que la componemos la comunidad de los creyentes en Dios, se verá devastada, ciertamente, ver que la cabeza no puede hacer nada. 

Mateo 12, 31

Por tanto, os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.

No son nuestros hermanos separados los que niegan la autoridad del papa, no instigan a dejar a ver al papa como sucesor de Pedro, pero aún ellos serán perdonados. Porque Jesús indicó “Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres” pero no contra el Espíritu Santo.

En todo camino de la iglesia con la cabeza, el papa, el sucesor de Pedro, debe apacentar a sus ovejas (nosotros los creyentes). En estos momentos finales nos necesitará. Al percatarnos que nos está llevando con él la condenación; está atentando contra el Espíritu Santo, que es la que nos dejó Jesús a nosotros, los creyentes.

Mateo 5, 13

Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.

Nosotros debemos responder con el poder del Santo Espíritu que Dios nos dejó. No podemos quedarnos impávidos ante lo ceñido que pueda estar el sucesor de Pedro, cuando sea viejo (El papa en el final de los tiempos).

Entonces el hijo de Dios actúa; es el momento de la segunda venida.

Mateo 24, 27

Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.

Cuando la humanidad entera reconozca a Dios como el que los libera. Él actuará porque es el momento.

Lucas 21, 21

Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que, en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. Porque éstos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo.

Es momento de la iglesia también, actuar en conocimiento de Dios.

Lucas 21, 28 – 31

Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca. También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.

Miren bien “por vosotros mismos” refiriéndose a sus discípulos y seguidores, equivalente a la iglesia al final de los tiempos, con conocimiento de haber hecho lo que Jesús pidió a sus discípulos.

Lucas 10, 10 – 11

Mas en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, saliendo por sus calles, decid: Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros. Pero esto sabed, que el reino de Dios se ha acercado a vosotros.

Igual cuando los desprecien se ha acercado el reino a ustedes. Buenos y malos entrarán.

Mateo 22, 10

Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.

El banquete como el Reino de Dios, estarán incluso los malos porque reconocerán a aquel que no está vestido para la boda.

Mateo 22, 11 – 13 

Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció. Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

Si reconocemos a Dios como nuestro Señor, podremos reconocer al demonio en el final de los tiempos.

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