jueves, 18 de agosto de 2022

LA COMUNICACIÓN ES VOLVER NUESTRA MIRADA A DIOS

Nosotros cotidianamente solemos tener conversación entre personas cercanas, sea por algún vínculo de amistad o por diversas razones en los estudios o por trabajo o porque simplemente debemos comunicar algo a alguien, siempre nos acercamos a personas para dar algún mensaje sea de mayor o menor relevancia en determinados momentos más que en otros en cada día de nuestras vidas.

Es por eso que la comunicación debiera tener total libertad, complacencia entre quienes están comunicándose.

Sin embargo, pareciera ser que, podemos tener buenas como malas formas de hacerlo, ¿qué sucedería de no tener buenas intenciones? ¿O qué sucede cuando esa comunicación se rompe, se resquebraja hasta el punto que llega a anularse?

Incluso alguien podría hacer uso de su silencio para dar a entender mejor algún mensaje, no debiera alguien postrarse en soledad o privar esta parte esencial del hombre; no obstante, tenemos que conocer que hay ocasiones en que no se da buen uso de esta facultad del hombre y podría arrebatársele.

Veamos un poco como es que se dio la comunicación en la antigüedad, para ello recurriremos a las sagradas escrituras, antes saber que la comunicación verbal no es la mejor forma de expresarnos, es el modo por excelencia, pero nuestra conducta es la que hace que el mensaje a dar sea realmente eficaz.

En el inicio de los tiempos Dios hablaba con Adán y con Eva, ellos eran guiados por Dios, conversaban permanentemente cuando se dirigía a ellos existía desde aquellos momentos un estrecho lazo entre Dios y el hombre.

Se piensa “todo esto ocurrió hace mucho, porqué pensar que ahora también es así”; bien, en el inicio comenzó con solo ellos dos; eran Dios y el primer hombre, Adán, tan solo ellos dos. Entonces allí, cuando Dios daba a conocer lo que allí había dispuesto dijo al hombre. 

Génesis 2, 16 - 17  

Y mandó Yavé Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Se ve una comunicación eficaz y concisa, podría decirse ser un mandato, una advertencia; en todo dio al hombre una imposición, así el hombre tenía plena libertad de cumplirla o no, somos a su imagen y semejanza, es decir podemos hacer, decir, actuar con total libertad, podemos equivocarnos en ese sentido. Sepamos o no, Dios sabía que podíamos incumplir dicha imposición pues es claro que dicha comunicación es para dotar la capacidad al hombre de tener la total potestad de afrontar las consecuencias de no cumplir lo que dijo "porque el día que de él comieres, ciertamente morirás"

El hombre se comunica tal como Dios lo hace, expresa cuanto tiene que dar a entender, afronta retos y vicisitudes, a diferencia de Dios que puede resolver todo, entonces entender el hombre es la creación, no somos el creador, así tenemos un fin, un objetivo, que se nos impone desde antes de nuestra existencia terrenal.

Mateo 10, 24

El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor.

Algo que nos hace como Él es porque tenemos la capacidad de afrontar con compromiso y poder hallar la razón del cual al cumplir los designios buenos que nos da. Nosotros podríamos hacerlo de acercarnos a él, no obstante, nos estamos alejando cada vez más.

Génesis 6, 5 - 7

Y vio Yavé que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Yavé de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.

Esto hace que tengamos que interiorizar en nuestro corazón que dentro de nosotros parte nuestra esencia, aquello que Dios nos dotó al principio debe prevalecer.

Romanos 5, 20 - 21

Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.

Así como en el principio, Dios se comunica, con todos nuestros sentidos podemos conocer en infinidad de formas lo seguirá haciendo, pero el hombre tiene la potestad de elegir, tiene plena libertad para apreciar o despreciar su amor.

Job 1, 21 - 22

y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Yavé dio, y Yavé quitó; sea el nombre de Yavé bendito. En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.

Sabía Dios que no pecaría por eso hizo pasar tan duras pruebas, lo puso en las manos de su enemigo, porque Dios acepta que pone las pruebas para poder fructificar espiritualmente como terrenalmente, el enemigo es de Dios y Dios se encargará de aquel al final.

Ahora después de estar Jesús entre nosotros la enseñanza, aún habernos apartado como todos aquellos desde el inicio de los tiempos, la hallamos a través de su misericordia, es tener la dicha de entrar en gracia por su perdón.

Romanos 11, 29 - 32

Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios. Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos, así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia.

Con Jesús se restableció plenamente los designios de Dios para con el hombre, ya nada nos puede separar del amor de Dios, Jesús sufrió los estragos del pecado de toda la humanidad esto nos halla y nos conduce por un nuevo camino de verdad.

El hombre debe enseñorearse de toda cosa que está en el mundo, pero porque el hombre quiso más, quiso enseñorearse de tener el conocimiento del bien y el mal, acá está claro el hombre no pudo caer en eso si no fuese implantado un conocimiento que tuerce los designios de Dios, supo que el maligno había actuado.

Muchas veces Dios ha quitado el habla temporalmente -a Zacarías papá de Juan el Bautista por citar un ejemplo-, la vista, también temporalmente -a Saulo por citar un ejemplo en este segundo caso- y hasta ha quitado la vida, un caso ejemplar en el que quita la vida sucede por torcer su corazón en contra de la comunidad de Dios. 

Hechos 5, 1 - 10

Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron. Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo, lo sepultaron. Pasado un lapso como de tres horas, sucedió que entró su mujer, no sabiendo lo que había acontecido. Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto. Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti. Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido.

El pecado se lleva al templo donde se vive en comunión como hermanos para que postrados ante el Señor nos despojemos de él cuando uno se arrepiente, pero cuando se lleva el pecado a enaltecerlo es un pecado contra la comunidad de los cristianos, contra la comunidad de Dios.

Cuando veo este mensaje noté tener mucha relación con lo que Jesús muestra en la parábola de las bodas del rey, en el evangelio del día de hoy, donde indica que el reino de Dios se parece a un rey que entra en el banquete de la boda de su hijo ve a los convidados quienes estaban sentados a la mesa, no quienes habían sido invitados porque no eran dignos, aquellos que trajeron los sirvientes debido a que aquellos primeros no quisieron asistir. Se acerca a uno que no llevaba traje como para la boda que acontecía y diciéndole "amigo porqué viniste al banquete sin tener traje de boda" pero aquel no tuvo palabras para explicar. Entonces el rey mandó a sus sirvientes para que lo aten de manos y pies y sea echado fuera, en ese instante Jesús indica "allí será el llanto y el crujir de dientes."

Continuando dicho texto más adelante explica Jesús que solo un pecado no es perdonado, es el pecado contra el Espíritu Santo aquel espíritu que nos llena a la comunidad de Dios luego de la muerte de nuestro Señor, luego de su resurrección, a sus seguidores que somos la comunidad, la iglesia de Dios donde aceptamos ser seguidores y damos testimonio de cuánto cambiamos por Él nuestras vidas.

Que aceptamos tener necesidad de Dios, es quien pudo sacar la miseria que dejó el maligno en nuestro corazón, desde el principio y será juzgado por Dios Padre al final.

Es claro notar las consecuencias de no cumplir su mandato, es decir, el hombre, tenía conocimiento que al desobedecer ciertamente moriría, Dios sabía que en el hombre había hallado a un amigo desde la creación, todo lo que había hecho no podría remplazar lo que le daba la naturaleza de nuestro ser, así ser el hombre imperfecto, el hombre se había convertido en algo valioso que hizo a Dios señorearse y descansar el séptimo día.

Las consecuencias son nefastas de no tener comunicación con Dios, esto lo dice claramente Jesús quien nos da claras cuentas de no volvernos a Dios como había sido impuesto en el principio. 

Lucas 13, 2 - 3

Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los galileos? Les digo que no; y si ustedes mismos no se vuelven a Dios, también morirán.

Jesús vino a restaurar los designios de Dios en el principio, es decir dotarnos de aquello que nos congregue a todos los seres como que nacemos de un mismo simiente el primer hombre.

Génesis 1, 28

Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.

Dios Padre creó los cielos y la tierra, estaba su hijo único y estaba el Espíritu Santo con Él, en la creación cuando todo esto ocurría porque son uno, luego creó todo lo que hay.

Esa capacidad que teníamos y que continuamos teniendo se vio y se ve a plenitud en Jesús, se hizo hombre siendo Dios para mostrar la profunda relación que se tiene con Dios para lograr los milagros que hizo y hace.

Juan 17, 22

La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.

Jesús vino aun poder quedarse con Dios en su reino, al hacerse hombre se dispuso a cumplir un propósito como todo hombre tiene en la tierra, para dotarnos de la gloria que su padre le dotó a él, y la vertió en el hombre a través de su Santo Espíritu.

Se puede notar que en los primeros hijos de Adán y Eva; Caín y Abel, tenían comunicación con Dios, es decir el pecado que obliga a tener que afrontar las consecuencias no aleja del amor de Dios al hombre, y si algo es de notar, Jesús dio su vida en sacrificio por el pecado de toda la humanidad, se cumple los designios de fructificar y poblar la tierra porque nos sigue dotando de vida.

Entonces toda la humanidad de naturaleza a la voluntad de Dios, pero también del pecado que vino por la desobediencia, aunque finalmente el espíritu de Dios puede reconvertir plenamente a los designios originales. El maligno no puede apartar más al hombre de los designios de Dios.

Génesis 4, 6 – 7

Yavé le dijo: “¿Por qué andas enojado y con la cabeza baja? Si obras bien, andarás con la cabeza levantada. En cambio, si obras mal, el pecado está a la puerta como fiera al acecho: ¡tú debes dominarlo!”

Juan 8, 44b

Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.

El hombre va a tener que lidiar con los sentimientos que le contrajeron el tener que haber desobedecido a Dios desde el principio, porque aquello que sucedió en el principio no es ajeno más en nosotros; esto es posible con Jesús pues pago un precio muy alto por la salvación del hombre.

1 colosenses 6, 20

Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.


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