sábado, 1 de abril de 2023

LOS ÚLTIMOS SERÁN LOS PRIMEROS

En ocasiones se suele utilizar frases conocidas para dar a entender situaciones y en ocasiones estas frases provienen de la biblia. La frase “los últimos serán los primeros” proviene de la biblia, pero se suele escuchar de personas poco creyentes, se podría decir que se ha convertido una frase usada comúnmente.

Al igual que la primera esta segunda frase “debes amar a tus enemigos” encierran verdades profundas usando pocas palabras. 

Para comprender el texto es necesario dar a conocer una tercera y última frase que se suele oír es “Jesús es nuestro salvador” frases que provienen de la biblia tan cotidianamente usadas que se han convertido de dominio de todos.

No negaremos que podemos haber tomado con superficialidad dichas frases pues su significado solo puede hallarse, en su verdadera dimensión, haciendo uso en nuestro comportamiento diario.

La frase completa y que se encuentra en la biblia es “los que ahora son los primeros, serán los últimos; y los que ahora son los últimos, serán los primeros” las tres encierran una verdad muy profunda hoy y en la actualidad.

Antes de ir a las escrituras vamos a tener algo claro, todo hombre va a tener la salvación; Jesús la obtuvo por nosotros tras morir por nuestras culpas. Todas nuestras culpas se las llevó Jesús al morir en la cruz, se lo llevó completamente, las pudo cargar en su cuerpo y su sangre. Todos los pecados de la humanidad para redención del hombre. Al conseguirlo cobra plenitud la revelación de su mensaje en los evangelios.

La mejor forma de hallar la salvación, la que nos trajo Jesús al tercer día cuando resucitó de entre los muertos es practicando su mensaje que nos dejó en sus enseñanzas de la biblia.

En realidad, el conocer de su sacrificio es el único camino para hallar la salvación.

Solo Dios sabe el camino que venimos recorriendo nos alienta a no desfallecer y va abriéndonos paso todos los días.

Empezaremos con un primer fragmento bíblico para comprender el mensaje de la frase del título del relato “los primeros serán los últimos”

Juan 5, 22 – 24

Y mi Padre no juzga a nadie. Es a mí, que soy su Hijo, a quien le ha dado ese poder, para que todos me honren como lo honran a él. Cuando alguien no me honra, tampoco honra a mi Padre, que me envió.

»Les aseguro que todo el que preste atención a lo que digo, y crea en Dios, que fue quien me envió, tendrá vida eterna.

Aunque antes haya vivido alejado de Dios, ya no será condenado, pues habrá recibido la vida eterna.

La promesa de vida eterna se encuentra desde el principio pues se hace referencia en el génesis con el árbol de la vida, con la vida eterna se tendrá plena conciencia de todos nuestros actos realizados en este mundo.

Si nos percatamos la muerte dejó de tener relevancia desde que Jesús, al resucitar de entre los muertos, le quitó toda potestad que sopesaba sobre el hombre; luego, al entregarnos al Espíritu Santo para consolar y guiar a todos los creyentes, a nosotros que somos la creación más preciada.

Nuestro espíritu se conserva o se restablece como lo fue en el principio por la gracia del Espíritu Santo.

Entonces, comprendamos dos conceptos que se traen. "Los primeros que volverán a vivir o la primera resurrección en otras versiones" y el segundo concepto "la ausencia de Dios o la segunda muerte en otras versiones".

Y para eso es necesario revisar a profundidad las escrituras. Jesús menciona repetidamente acerca del reino de los cielos, acá un primer fragmento.

Mateo 20, 8 – 16

Cuando se hizo de noche, el dueño le dijo al jefe de los trabajadores: “Llama a cada uno de los trabajadores y págales, comenzando por los últimos que vinieron, y terminando por los que vinieron primero”.

»Entonces se acercaron los trabajadores que llegaron a las cinco de la tarde y recibieron el salario de un día completo. Después, cuando pasaron los que habían llegado primero, muy de mañana, pensaron que a ellos les pagarían mucho más. Pero cada uno de ellos recibió el mismo salario de un día completo. Después de recibir el dinero, esos trabajadores comenzaron a hablar mal del dueño de la viña y le dijeron: “Los que llegaron a las cinco de la tarde sólo trabajaron una hora, pero usted les pagó a ellos lo mismo que a nosotros, que trabajamos todo el día aguantando el calor. Eso no es justo”.

»Pero el dueño le contestó a uno de ellos: “¡Mira, amigo! Yo no he sido injusto contigo. Recuerda que los dos acordamos que tú trabajarías por el salario de un día completo. Toma el dinero que te ganaste, y vete. No es problema tuyo que yo les pague lo mismo a los que vinieron a las cinco. Yo puedo hacer con mi dinero lo que me parezca. ¿Por qué te da envidia que yo sea bueno con los demás?”

Jesús terminó diciendo: «Así, los que ahora son los primeros, serán los últimos; y los que ahora son los últimos, serán los primeros».

Siempre que menciona el reino de los cielos lo notamos como un destino, un lugar donde debemos de estar, el cual nos es traído o se nos invita a venir allí.

Sea cual fuere las situaciones en que nos encontremos se debe de tener la plena certeza que dicho lugar es el indicado para recibir las bondades que Dios nos ha reservado desde el inicio de los tiempos (como el paraíso del que se describe en el libro de génesis).

Pero no es sencillo comprender el mensaje hasta ahora, ciertamente nos sigue generando muchas dudas la perfección del reino de los cielos porque no le describe enteramente en el fragmento bíblico. En la parábola uno de los mensajes que se desprende es la de perseverar hasta el final. Es hallar la finalidad del día que acontece sobre nosotros, entonces, a los trabajadores que llegaron al final, pero se les paga primero dándole forma plena Jesús al indicar «Así, los que ahora son los primeros, serán los últimos; y los que ahora son los últimos, serán los primeros».

En este segundo fragmento de las escrituras nos ayudará más.

Mateo 22, 2 – 10

«En el reino de Dios pasa lo mismo que cuando un rey hizo una fiesta para celebrar la boda de su hijo. El rey envió a sus sirvientes para que llamaran a los invitados a la fiesta. Pero los invitados no quisieron ir. Entonces el rey envió a otros sirvientes con este mensaje: “La comida ya está lista. He mandado preparar la carne de mis mejores terneros. ¡Vengan a la fiesta!”

»Pero los invitados no hicieron caso, y cada uno se fue a hacer otras cosas. Uno fue a ver sus terrenos, otro fue a atender su negocio, y los otros agarraron a los sirvientes del rey y los mataron a golpes.

»El rey se enojó mucho, y envió a sus soldados para que mataran a esos invitados y quemaran la ciudad donde vivían. Luego, el rey dijo a sus sirvientes: “La fiesta de bodas está lista, y aquellos invitados no merecían venir. Vayan por las calles, e inviten a todos los que encuentren para que vengan a la fiesta de bodas.”

»Los sirvientes fueron a las calles de la ciudad e invitaron a muchas personas, unas malas y otras buenas; y así el salón de la fiesta se llenó de invitados.

En este segundo fragmento es de notar que asistir a la boda del hijo del rey es el destino, la celebración es a donde nos invita a llegar; es a donde tenemos que dirigirnos, es el camino que nos muestra Jesús en sus enseñanzas.

Las tareas terrenales que otorgan renombre y notoriedad acá en la tierra no les permite comprender el mensaje de los sirvientes que fueron a llamarlos a las bodas. Es de notar que al inicio menciona, unos primeros invitados que se refieren a los hombres del antiguo testamento (Jesús claramente nos lo indicó “todos los que vinieron antes que yo, eran bandidos y ladrones; por eso las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta del reino de Dios: cualquiera que entre por esta puerta, se salvará; podrá salir y entrar, y siempre encontrará alimento), las buenas noticias vienen ahora con Él.

Jesús renueva el deseo de Dios en la biblia, es el mensaje encarnado en los evangelios. Entonces, en la parábola los servidores del rey renuevan su llamado con mayor intensidad pues indica “la comida ya está lista”; pero los invitados al igual que los primeros se rehúsan a asistir.

Los dos fragmentos de los relatos enmarcan el significado del reino de los cielos.

¿A quiénes se refiere Jesús cuando menciona “serán los últimos”? Es necesario ver porqué paga primero a los que llegaron al último.

Mateo 20, 6 – 7

Ya eran las cinco de la tarde cuando el dueño fue de nuevo a la plaza, y vio a otros hombres desocupados. Entonces les preguntó: “¿Por qué han estado ahí todo el día sin hacer nada?”

»Ellos le contestaron: “¡Porque nadie nos ha dado trabajo!”

»El dueño les dijo: “Vayan a trabajar a mi terreno.”

Hay una gran diferencia a lo que mencionan a quienes se les invita a las bodas del rey pues relata el fragmento “cada uno se fue a hacer otras cosas. Uno fue a ver sus terrenos, otro fue a atender su negocio, y los otros agarraron a los sirvientes del rey y los mataron a golpes”.

Muy diferente a los que, despojados de todo o necesitados de alivio están a la espera aún en la plaza, claman por trabajar puesto que contestaron “¡Porque nadie nos ha dado trabajo!”.

Las circunstancias son muy diferentes sin embargo el destino al cual se debe llegar es el mismo, el reino de los cielos.

El dueño del terreno finalmente lleva a trabajar a quienes le respondieron de forma correcta atendiendo él mismo su clamor tras salir en una última ocasión a la plaza donde se encontraban; en cambio en el fragmento donde los invita a las bodas no atienden al llamado del rey a través de sus sirvientes; entrar al lugar del dueño de la viña o en el segundo caso a la celebración de las bodas del rey la recompensa la misma, es el reino de los cielos.

Unas circunstancias similares, otras diferentes; pero en toda circunstancia lo principal es notar lo más alto y puro es de atender al llamado de nuestro Señor, para llegar al destino más alto que se nos concede la de entrar en el reino de los cielos pues es de notar que en ambas parábolas; al comenzar ambos Jesús menciona “En el reino de Dios sucede algo parecido…”.

El reino de Dios pareciera estar muy distante, pero realmente está entre nosotros. Jesús nos lo dijo así “El reino de Dios no es algo que pueda verse. Tampoco se puede decir: “¡Aquí está!” o “¡Allí está!” Porque el reino de Dios ya está entre ustedes”.

Es el dueño que viene a nuestro encuentro. Nosotros movidos por esa fe de nuestro espíritu, respondemos a su llamado pues pareciera todo lo demás no tener mayor sentido que este, el de tener cabida en el trabajo que se nos encomienda.

Jesús es claro en decir “yo salvaré a todos mis seguidores que confíen en mí hasta el final” acaso no son aquellos que esperaron en la plaza quienes confiaron hasta el final pues estaba por concluir el día cuando es que se da aquel encuentro.

Debemos despojarnos de todo para que podamos tener la certeza o la fe intacta que es Dios mismo que sale a nuestro encuentro.

Entonces aquellos invitados que no asisten a las bodas del rey representan a quienes van a entrar al final en el momento del juicio, en el final de los tiempos.

Lucas 15, 24 – 32

¡Maten el ternero más gordo y hagamos una gran fiesta, porque mi hijo ha regresado! Es como si hubiera muerto, y ha vuelto a vivir. Se había perdido y lo hemos encontrado.”

»Y comenzó la fiesta.

»Mientras tanto, el hijo mayor estaba trabajando en el campo. Cuando regresó, se acercó a la casa y oyó la música y el baile. Llamó a uno de los sirvientes y le preguntó: “¿Qué pasa?”

»El sirviente le dijo: “Es que tu hermano ha vuelto sano y salvo, y tu papá mandó matar el ternero más gordo para hacer una fiesta.”

»Entonces el hermano mayor se enojó mucho y no quiso entrar. Su padre tuvo que salir a rogarle que entrara. Pero él, muy enojado, le dijo: “He trabajado para ti desde hace muchos años, y nunca te he desobedecido; pero a mí jamás me has dado siquiera un cabrito para que haga una fiesta con mis amigos ¡Y ahora que vuelve ese hijo tuyo, después de malgastar todo tu dinero con prostitutas, matas para él el ternero más gordo!”

»El padre le contestó: “¡Pero hijo! Tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo ¡Cómo no íbamos a hacer una fiesta y alegrarnos por el regreso de tu hermano! Es como si hubiera muerto, pero ha vuelto a vivir; como si se hubiera perdido, pero lo hemos encontrado».

Jesús da a conocer esta parábola refiriéndose en esencia al final del relato al hijo mayor en analogía a lo que hacen los fariseos y los letrados de la ley.

Notamos claramente que su posición dentro de la casa de su padre por servirle con denuedo evita ver la misericordia que muestra por el otro hijo al que se le consideraba perdido, es tal el grado de su obcecación que se niega a entrar a la celebración ¡Se niega a entrar al llamado de su padre!  y es el padre que sale de la fiesta y le ruega a su hijo mayor a que entre, en el otro fragmento es el dueño de la viña, saliendo a su encuentro llamando, no a sus hijos sino a los que se encontraban desocupados en la plaza, para que entren a trabajar en su terreno, pero aquel hijo mayor presa de su ira, aunque lo escucha le da sus razones por las que se rehúsa a entrar.

Esta actitud final de aquel hijo mayor se presenta también con los trabajadores que estuvieron desde las primeras horas de la mañana y pensando que se les pagaría más llamaron injusto al dueño por pagarles lo mismo.

Sépase que el hijo mayor en la parábola representa a los fariseos que con mucho denuedo interpretan las escrituras y son autoridad de los escritos, conocen muy bien el mensaje, pero no la practican son hipócritas pues no reconocen nuestra naturaleza de pecado se sienten libres de los malos deseos, no asumen esta parte oscura en todos los hombres en ellos mismos; se convierten en el principal escoyo del mensaje renovado de los evangelios dados a través de la vida de Jesús, tras poner las costumbres de hombres por encima del mensaje de justicia, amor y fe encarnado en Jesús.

Asumen ellos mismos como quienes pueden otorgar el mensaje sin la necesidad de conocer a Jesús y la forma en que actúa en todos nosotros.

El mensaje renovado es como en otra parábola, una inmensa alegría en el cielo por un pecador que se arrepiente que por 99 justos que no lo requieren.

La envidia que muestran es que la salvación que los fariseos pregonan es privilegio de algunos, contrariamente Jesús contradice con autoridad ya que es para la humanidad entera.

No ven que los que acuden al llamado del padre o del dueño de la viña se les concede tras haberse desprendido no solo de cosas materiales sino de los conceptos prestablecidos de los gobiernos y de los ostentosa que resulta las riquezas.

Los fariseos antes, los letrados ahora son los últimos que entrarán en el reino de los cielos, ellos conocedores de las escrituras y las leyes, como muchos sacerdotes hoy, como los que tienen cargos importantes debido a sus conocimientos.

Fueron llamados no para ocuparse de las cosas terrenales sino del mensaje esencial de Dios a los hombres, un llamado de justicia, amor y fe. Pero hacen un servicio a los gobernantes de este mundo que se enaltecen en la desigualdad y de las vulgaridades de estos tiempos, porque Jesús indicó claramente el que quiera ser el mayor de entre ustedes que sea el servidor de todos.

No caen en cuenta que Dios no los juzga y por qué lo hacen ellos entre hermanos; y es de percatarnos que conocen el mensaje de Dios, pero no hacen su voluntad, tuercen los caminos dado a los hombres desde el inicio de los tiempos.

Y si quedan dudas ahora les será complementados con los siguientes fragmentos.

Mateo 21, 30 – 32

»Luego el hombre también le dijo a su hijo menor que fuera a trabajar, y él le respondió: “¡Sí, señor, iré!”

»Pero el muchacho en verdad no fue ¿Cuál de los dos hijos hizo lo que el padre quería?

Los sacerdotes y los líderes contestaron:

—El hijo mayor hizo lo que el padre le pidió.

Jesús les dijo:

—Les aseguro que la gente de mala fama, como los cobradores de impuestos y las prostitutas, entrará al reino de Dios antes que ustedes. Porque Juan el Bautista vino y les enseñó a hacer lo bueno y a obedecer a Dios, pero ustedes no le hicieron caso. En cambio, los cobradores y las prostitutas sí le hicieron caso. Y ustedes, aunque vieron eso, no cambiaron de idea, sino que siguieron sin creer en él.

Es Jesús mencionando porque irán, los fariseos después o al final, sus cargos les serán infructuosos porque son de descontinuo desorden pues hasta los peores ejemplos de conducta reconocen el mensaje de Jesús a través de Jesús.

Ahora que Jesús hizo referencia a Juan el bautista, para dar a entender el porqué de los fariseos entrarían al final, veamos el texto en que Juan el bautista se refiere a ellos.

Mateo 3, 7 – 9

Al ver Juan que muchos fariseos y saduceos venían para que él los bautizara, les dijo:

«¡Ustedes son unas víboras! ¿Creen que se van a escapar del castigo que Dios les enviará? Demuestren con su conducta que han dejado de pecar. No piensen que se salvarán sólo por ser descendientes de Abraham. Si Dios así lo quiere, hasta a estas piedras las puede convertir en familiares de Abraham.

En ambos textos claramente entramos en razón porque Dios les ha dado este último lugar. No solo lo dijo Jesús también lo dijo Juan el bautista.

Un último texto del cual no quedarán más dudas del castigo que se harán merecedores en el momento del juicio.

Mateo 23, 29 – 35

»¡Pobrecitos de ustedes, qué mal les va a ir, hipócritas! Construyen monumentos para recordar a los profetas muertos, y ponen adornos en las tumbas de las personas buenas. Dicen que, si hubieran vivido en aquel tiempo, no habrían estado de acuerdo con los que mataron a los profetas. Pero, en realidad, demuestran ser iguales a ellos ¡Terminen, pues, de hacer lo que ellos comenzaron!

»¡Ustedes son unos mentirosos y unos malvados! Son tan malos como el veneno de una serpiente. ¡Por eso no se escaparán de ir al infierno! Yo les enviaré profetas, sabios y maestros, pero a algunos de ellos ustedes los matarán o los clavarán en una cruz, a otros los golpearán en las sinagogas, y a otros los perseguirán por todas las ciudades. Por eso, serán culpables de la muerte de toda persona buena en el mundo; comenzando por la muerte de Abel hasta terminar con la muerte del profeta Zacarías, que era hijo de Berequías. A este profeta lo mataron entre el templo y el altar de los sacrificios.

No obstante, es preciso indicar nuevamente que todos seremos salvados pues Jesús lo consiguió para todos los hombres al cargar en su cuerpo y en su sangre al entregarse por amor a morir en la cruz y tras resucitar de entre los muertos. Para su propósito nos entregó el Espíritu Santo la vertió en nosotros sus discípulos y como seguidores del camino que nos enseñó a recorrer cuando él mismo realizaba al estar con nosotros.

Pero ahora en este último fragmento claramente indica “¡Por eso no se escaparán de ir al infierno!”.

Entonces y seamos coherentes. A qué infierno irán los fariseos y maestros de la ley del cual se harán responsables de todas las muertes desde el inicio de los tiempos hasta pasar por las más terribles muertes que se hicieron a los profetas, si es que Jesús da la salvación a todos los hombres.

Jesús habló de del reino de los cielos y si nos vamos hasta apocalipsis podemos encontrar lo siguiente.

Apocalipsis 20, 4 – 5

Luego vi unos tronos, y en esos tronos estaban sentados los que habían sido asesinados por mantenerse fieles a la enseñanza de Jesús y al mensaje de Dios. Ellos no habían adorado al monstruo ni a su estatua, ni se habían dejado poner su marca en la frente ni en las manos. Ellos volvieron a vivir, y Dios les dio tronos para que gobernaran con el Mesías durante mil años. Ellos son los primeros que volverán a vivir; pues han recibido una gran bendición y forman parte del pueblo elegido de Dios. Nunca serán apartados de Dios, sino que serán sacerdotes de Dios y del Mesías, y reinarán con él durante mil años. El resto de los muertos no volverá a vivir hasta que se cumplan los mil años.

Cuando Jesús menciona “Ellos son los primeros que volverán a vivir” (en otras versiones la primera resurrección) se refiere a los primeros que ahora son los últimos.

Y para eso un fragmento más que puede traernos certezas si somos fieles al mensaje de Jesús en su mensaje de las escrituras, pero a la vez dudas si no somos consecuentes con el mensaje de Jesús.

Lucas 16, 24 – 25

»Entonces llamó a Abraham y le dijo: “¡Abraham, antepasado mío, compadécete de mí! Ordénale a Lázaro que moje la punta de su dedo en agua, y me refresque la lengua. Sufro muchísimo con este fuego.” Pero Abraham le respondió: “Tú eres mi descendiente, pero recuerda que, cuando ustedes vivían, a ti te iba muy bien y a Lázaro le iba muy mal. Ahora, él es feliz aquí, mientras que a ti te toca sufrir.

Si podemos notar el rico en el infierno, aquel rico ve a Lázaro en el seno de Abraham del cual es también descendiente, son los fariseos y los maestros de la ley en el infierno que ruegan por un poco de agua estando en ese lugar. Acaso no les dijo Juan el bautista “No piensen que se salvarán sólo por ser descendientes de Abraham. Si Dios así lo quiere, hasta a estas piedras las puede convertir en familiares de Abraham”.

Y es a esto se refiere con que entrarán al final porque deben pasar por el infierno que heredan del demonio que actuó en ellos al no cambiar sus acciones que mencionó Juan el bautista y que corroboró plenamente Jesús que se harían responsables de todas las muertes desde Abel y la muerte más terrible que le profirieron al profeta Zacarías. 

Es de percatarnos Jesús les está dando por sus acciones el infierno que les corresponde.

Lázaro ahora está en el seno de Abraham disfrutando lo que dejó de tener en este mundo restituyendo de forma plena lo que antes de Él se tenía conceptualizado; no reciben su mensaje renovado que trajo Jesús hace que el rico permanezca en el infierno.

No les dijo Jesús a los fariseos “Les aseguro que la gente de mala fama, como los cobradores de impuestos y las prostitutas, entrará al reino de Dios antes que ustedes”, les dijo que entrarán, pero después o al final.

Entonces se ve claramente que los primeros que fueron los últimos en nuestros tiempos entran en el reino primero.

Sus actos en vida crean un abismo en el reino de los cielos, pudo el rico compadecerse de Lázaro cuando en vida lo tenía en la puerta de su ostentosa casa, los ángeles lo llevaban para que mostrase diariamente una oportunidad de hacer la voluntad de Dios con lo cual librarse del infierno.

No obstante, con pleno conocimiento reconoce lo que no hizo por Lázaro, aún en todo, aunque muestra arrepentimiento por haber obrado mal en vida, su fe está intacta puesto que llama a “¡Abraham antepasado mío…! Y aunque ruega por sus hermanos el abismo entre ellos es infranqueable.

Y sabemos por las escrituras que el demonio yace en el abismo desde el inicio de los tiempos y al final de los tiempos será desatado, saldrá de allí.

Qué es lo que lo hace infranqueable pues es el Espíritu Santo que como persona de la trinidad en el inicio de los tiempos se indicaY la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas". Está en el inicio de las escrituras.

Desde que Jesús vino renovó o se hizo una nueva alianza y la anterior quedó sin efecto. Su cuerpo y su sangre ahora son su nueva alianza.

De tener el Espíritu Santo aquel rico no habría actuado así con el mendigo.

Es espíritu que Dios nos dio desde el principio de los tiempos y en nuestros primeros padres, generación tras generación se heredan pues somos hechos no solo del polvo de la tierra (nuestros cuerpos) sino también del aliento de vida que sopló en nuestra nariz (el espíritu semejante al de Dios con compromisos y decisiones por nosotros mismos), pero que le es necesario toda palabra que proviene de los labios de Dios para prevalecer y eso es lo que debe vivir en nosotros como forma nueva del Espíritu Santo de Dios.

Cómo es que desaparecerá esta conciencia de mal de los fariseos hacen en el final.

En el siguiente fragmento es de notar a los fariseos hipócritas.

Romanos 14, 10 – 12

Por eso no deben ustedes criticar a los otros hermanos de la iglesia, ni despreciarlos, porque todos seremos juzgados por Dios. En la Biblia Dios dice: «Juro por mi vida que, en mi presencia, todos se arrodillarán y me alabarán». Así que todos tendremos que presentarnos delante de Dios, para que él nos juzgue.

Filipenses 2, 9 – 11

Por eso Dios le otorgó el más alto privilegio, y le dio el más importante de todos los nombres, para que ante él se arrodillen todos los que están en el cielo, y los que están en la tierra, y los que están debajo de la tierra; para que todos reconozcan que Jesucristo es el Señor y den gloria a Dios el Padre.

Cuando las personas hayan hecho maldades e inmundicias de ellos mismos como de los demás y se percaten del engaño que fueron llevados por la bestia que estará desencadenada caerán de rodillas ante nuestro Señor Jesús pues ante Él toda rodilla se doblará; pero eso acontecerá luego del infierno al que serán llevados pues su conciencia permanece con los despojos que hicieron al ignorar de las vicisitudes de los hombres buenos desde el inicio de los tiempos representados en el mendigo Lázaro y que todos tenemos mayor o menor medida; o reconocemos tener o haberlo tenido en algún tiempo o incluso tener luchas espirituales por recobrar en el bautismo una nueva vida que nace ahora del agua y del espíritu.

Es lo que nos convierte en discípulo de Jesús, el reconocer nuestras faltas en que venimos cayendo por el cual aceptamos al Espíritu Santo que obra a través de nosotros mismos; así como también de personas que nos envía el Señor para mostrarnos el camino que nos aliente a seguir recorriendo el camino correcto.

Entonces veamos a los fariseos en el final de los tiempos, cuando la ira de Dios se desate sobre quienes ellos.

Apocalipsis 16, 8 – 9

El cuarto ángel vació su copa sobre el sol, al cual se le permitió quemar a la gente. Todos quedaron terriblemente quemados, pero ni aun así se volvieron a Dios ni lo alabaron. Al contrario, ofendieron a Dios, que tiene poder para suspender esos terribles castigos.

No se indica expresamente sean los que entrarán al final, pero los podemos reconocer porque indica “pero ni aun así se volvieron a Dios ni lo alabaron. Al contrario, ofendieron a Dios”; el amor de Dios hacia el hombre es hasta el final y los sobrecogerá a ellos vean que el fragmento termina mencionando “Al contrario, ofendieron a Dios, que tiene poder para suspender esos terribles castigos”.

Entonces en el infierno pasarán la vida que podían haber restablecido obrando el bien hacia su prójimo, pero todo lo que allí acontecerá les servirá para borrar de su conciencia al demonio que actuaba en ellos, “para que ante él se arrodillen todos los que están en el cielo, y los que están en la tierra, y los que están debajo de la tierra; para que todos reconozcan que Jesucristo es el Señor y den gloria a Dios el Padre”.

Cuando hayan doblado sus rodillas el poder de Dios actuará en ellos y sobre el demonio impregnado en sus conciencias será desechado como la cizaña se desecha del trigo.

Sin embargo, en la biblia se enmarca del siguiente modo. Antes se habla de las vicisitudes de la ira de Dios enmarcadas en las siete copas para después dar a conocer en unos capítulos más adelante el reinado de los mil años. El libro de las revelaciones o apocalipsis están escritos en ese orden, pero no indica necesariamente ocurran en tal sentido pues Dios es dueño incluso del tiempo o como Dios lo indica “Yo soy el alfa y la omega, el principio y el final” y en otro texto “Porque para Dios un día son como mil años y mil años son como un día”.

Apocalipsis 20, 7 – 9

Cuando se cumplan los mil años, Satanás será liberado de su prisión, y saldrá a engañar a los países de Gog y Magog, que representan a todos los países de este mundo. Satanás reunirá para la guerra a los ejércitos de esos países; sus soldados no se pueden contar, como tampoco se puede contar la arena del mar. Ellos recorrerán todo el mundo, y rodearán al pueblo de Dios y a su ciudad amada, pero saldrá fuego del cielo y los quemará por completo.

Tras los mil años la bestia, satanás será desencadenado del abismo para que viva por un periodo corto de tiempo. Entonces todos los hombres desde el principio de los tiempos serán juzgados según sus acciones.

Los mil años que gobiernan los justos de Dios con el mesías les será arrebatado completamente a los que no quisieron cambiar su idea en el mensaje de Jesús en los evangelios. En ese periodo de los mil años apartados de Dios y que en otras versiones llaman la segunda muerte les sobrevendrá lo que se nos refiere en los evangelios “porque se rehusaron a entrar”.

Apartados de Dios tras mil años de gobierno de los justos pues es encadenado el demonio en el abismo en este periodo, ellos volverán a la vida para el juicio les sobrevenga apartados de Dios o en la segunda muerte. En esos padecimientos finalmente reconocerán del engaño en que se habían sometido y parados frente a Jesús de rodillas caerán, lo reconocerán como el hijo de Dios el salvador de la humanidad y le darán gloria.


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