jueves, 2 de marzo de 2023

MARÍA MADRE DE TODOS LOS HOMBRES

María es la persona que personifica la mujer renovada en el nuevo testamento, decir que mucha controversia ha ocasionado el llamarla virgen María madre de Dios, o también se ha mencionado el ave María como la oración que es de adoración a alguien que no se le debe hacer.

En cuanto se tiene la fe que María es la madre de Jesús, la mujer elegida para que de su vientre nazca nuestro salvador mantiene intacto, la relación o los lazos de Jesús con la humanidad, en concreto dan cabida al texto que exponemos ahora.

Lucas 1, 28

El ángel entró en el lugar donde ella estaba, y le dijo: ¡Salve, llena de gracia! El Señor está contigo. 

Desde siempre el favor que proviene de Dios, todo hombre y mujer que siente la presencia de Dios es porque tiene el favor o la gracia de Dios.

María es la única mujer que concibe sin haber sido desposada por un varón.

Pues bien, María supo hacerse a un lado del miedo o temor para dar la respuesta que agradase a Dios, supuso asirse del Espíritu Santo para que pudiese tener el sacrificio de entregar la parte más plena de una mujer el de concebir un hijo siendo virgen. Entregó su virginidad para la venida del salvador de la humanidad y criarlo según los designios interpuestos tras su aceptación.

El sacrificio lo pudo lograr como mencionado por la gracia del Espíritu Santo.

Lucas 1, 35

El ángel le contestó: El Espíritu Santo se acercará a ti; el Dios altísimo te cubrirá con su poder. Por eso el niño vivirá completamente dedicado a Dios, y será llamado “Hijo de Dios”.

Para que una mujer accediese era claro que debía de tener una voluntad infranqueable, esto significaba una vida de sacrificio, su miedo pudo darse en este sentido y sus miedos partían también al hallarse frente a las opiniones de la comunidad en donde vivía pues no era muy diferente a la que nos hallamos ahora y posiblemente con la ruptura, desde ya, con quien contraería matrimonio, José.

Sin embargo, afrontaría con valor estos designios, cuando respondió.

Lucas 1, 38b

Yo soy la esclava del Señor. Que suceda todo tal como me lo has dicho. Y el ángel se fue.

En el nuevo testamento indica que la palabra o el dicho o el verbo es Jesús, y es cuando María entiende, comprende, identifica las palabras del ángel que provienen del Espíritu de nuestro Señor Jesús

Juan 1, 1. 4 – 5

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz en las tinieblas resplandece; mas las tinieblas no la comprendieron.

El verbo es Jesús porque más adelante en el evangelio claramente lo muestra así.

Juan 1, 14

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Apreciamos en todo aspecto la confirmación que Jesús estaba en la creación y las tinieblas (satanás) no acepta la luz, es por eso que el maligno permanece en la oscuridad, no se da a conocer engaña y miente bajo el camino equivocado de sus rebeliones.

Nos percatamos para que naciese Jesús necesitó del poder del Espíritu de Dios y de María quien ofrecería su castidad para el nacimiento del Salvador de la humanidad, así restaurar los designios originales de Dios. Desde su concepción Jesús fue santo.

Es de notar que el Espíritu de Dios mueve los corazones de los hombres.

Hebreos 4, 12

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

Quizás muchos tengamos conocimiento de todo lo que se menciona arriba y también que gracias a la fe el hombre tiene en todo esto certeza.

Hebreos 11, 1

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Es de percatarse, que también el ángel menciona.

Lucas 1, 32

Éste será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre.

Escudriñemos ahora lo que dijo María al ángel. Entendió su hijo vendría de la descendencia de David.

Lucas 1, 38b

Yo soy la esclava del Señor. Que suceda todo tal como me lo has dicho. Y el ángel se fue.

En una mención de Jesús indica.

Marcos 12, 37

¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? Porque el mismo David dijo por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus pies. David mismo le llama “Señor”. ¿En qué sentido es, pues, su hijo? Y la gran multitud le escuchaba con gusto.

Pareciese contradictorio pues cuando el ángel anuncia que la virgen concebirá indica que viene de David su padre, pero Jesús interpreta; que él no provenía directamente de la línea carnal de David su padre. Jesús venía de la línea espiritual. Es de naturaleza divina; lo que viene del espíritu, espíritu es.

Entonces veamos ahora que el rey David en sus últimos días cuando estaba terminándosele la vida.

1 reyes 1, 1 – 5

En su vejez, el rey David tenía que permanecer en cama, pues siempre tenía frío, a pesar de todas las frazadas con que se le abrigaba. Por eso, sus ayudantes dijeron: “Busquen para mi señor el rey una joven virgen, y cuide al rey, y se acueste a su lado para darle calor”. Ellos buscaron por todo Israel, de uno a otro extremo a fin de hallar a la muchacha más hermosa de todas. Abisag, de Sunem, fue la elegida. Así que la llevaron ante la presencia del rey, para que lo acompañara y cuidara. Pero el rey nunca tuvo relaciones sexuales con ella.

Entonces si el ángel anuncia que “el Señor Dios le dará el trono de David su padre” pues parece de forma certera que se tratase de la aquella mujer de Sunem, Abisag que era virgen y que no tuvo relaciones sexuales con el rey David, entregó su castidad al servicio del rey David.

Cuando Jesús preguntó ¿Quién dice la gente que soy yo? Le dijeron que unos dicen que eres Juan el bautista, o Elías, o unos de los profetas. Y cuando Pedro respondió a la pregunta ¿Y ustedes quién dicen que soy yo? “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente” se refiere al espíritu del Rey David que dejó servirse de la virgen Abisag.

Y aquella virgen fue designada o seguir sirviendo a los designios de Dios después de fallecer el rey David, con la sucesión de su hijo el rey Salomón.

1 reyes 2, 21 – 23

Ella continuó:

– Concédele a tu hermano Adonías casarse con Abisag de Sunem.

– Pero ¿cómo puedes pedirme semejante cosa? –respondió el rey a su madre–. Es mi hermano mayor, y cuenta con el apoyo del sacerdote Abiatar y de Joab hijo de Sarvia. ¡Realmente me estás pidiendo que le ceda el trono!

Dicho esto, el rey Salomón juró por el Señor: “¡Que Dios me castigue sin piedad si no hago que Adonías pague con su vida por esa petición!”

Entonces vemos que el espíritu de nuestros antepasados permanece y se manifiesta con el poder de Dios en esta generación puesto que Jesús no contradijo e hizo a un lado esas conjeturas sin negarlas. Hay un último pasaje: sus discípulos le dijeron ¿Por qué dicen los fariseos que Elías debía de venir? Y Jesús les respondió, ya vino solo que no lo reconocieron e hicieron con él lo que quisieron, entonces entendieron, sus discípulos, que se refería de Juan el bautista.

Nos percatamos que Dios es un Dios de vivos y no de muertos y los espíritus de los profetas se manifiestan en los hombres de esta generación.

Marcos 12, 26

Pero respecto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos; así que vosotros mucho erráis

Ahora respecto a si María es madre de Dios mencionaremos algo muy ilustrador en el inicio de los tiempos.

Génesis 3, 20

El hombre le puso a su mujer el nombre “Eva”, ya que ella se convertiría en madre de todos los seres humanos.

Lucas 8, 19 - 21

Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte. Él les contestó: “Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra”.

Por último.

Juan 2, 3 – 5

Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.

Los tres últimos textos de la biblia encierran aquí una segunda idea, se encuentra en estas un poco el mensaje central de todo el texto, pero es necesario pasar punto por punto para entender realmente la dimensión que encierra el sentido de María madre de todos los hombres.

En el primero no se habla de María es el relato de génesis, es Adán el primer hombre creado por Dios que le coloca el nombre de “Eva” a su esposa debido a que ella se convertiría en madre de todos los seres humanos.

Siguiendo con la idea que se está ilustrando, en este segundo texto es a Jesús que comunican que su madre y a sus hermanos han venido a verlo, y claramente no la recibe tampoco a sus hermanos.

En el tercer texto de esta misma idea es María que le menciona a su hijo Jesús la falta de vino en la boda y Jesús como en el anterior no la menciona como mamá le dice “¿Qué tienes conmigo mujer? Aún no ha venido mi hora.

Es claro en todo esto, María no es su madre en términos celestiales, Jesús llega a conjugarse perfectamente si se dimensiona en términos espirituales y María no representa en Jesús aquel compromiso que tiene con su Padre Dios.

Dios Padre no dispone de género porque encierra algo celestialmente fuera del género humano, incluso sería inútil tratar de darle nosotros un concepto porque no puede decir la pieza de arcilla al alfarero tú no me hiciste.

Entonces qué podemos entender de María. Decir algo aquí, en el primer texto, en el principio Dios creó al hombre y la mujer, el hombre proviene de Dios y la mujer proviene del hombre. Se deduce que el hombre no debiera ceñir su voluntad a la de la mujer, aunque el hombre no creó a la mujer pues Dios creó a la mujer de la costilla del primer hombre; pero en todo, el hombre a quien realmente debe ceñirse es a Dios.

Entonces podríamos los hombres desconocer a nuestras mamás que nos criaron pues Jesús de algún modo lo hizo. Sí, lo hizo, pero en su crucifixión dijo claramente.

Juan 19, 26 – 27

Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre.

En este contexto María es madre de todos los seres humanos y Jesús es el hijo del Dios vivo. María también un ser humano como nosotros. Ambos tuvieron designios muy claros en relación con Dios.

Los seres humanos hechos a imagen y semejanza de Dios tenemos designios de Dios. Los dos se ciñeron enteramente a sus designios, y el compromiso espiritual desborda o no es abarcada por los compromisos terrenales y eso es el mensaje que prevalece con estos tres pasajes bíblicos.

Satanás para quebrantar los designios de Dios fue a llevar en tentación a la mujer, luego que ella cayó en el engaño del demonio y trajo la ruptura con Dios es decir tras su pecado, por ella el hombre cayó en el engaño del demonio; cayó en la tentación de la mujer que Dios le dio por esposa.

Si algo es claro en esta segunda idea es que Dios dispuso al hombre y a la mujer en el paraíso con solo una restricción no coman del árbol de la ciencia del bien y del mal.

Ellos podían haber comido del árbol de la vida y con ello desechar el árbol de la ciencia del bien y el mal.

Tras el pecado de ellos dos, a Adán se le encontró más responsabilidad que a su esposa Eva, la percepción es que, si Adán no hubiese comido del fruto prohibido rehusándose cuando se la ofrece ella se podía haber librado la humanidad, todavía, del pecado que condenó a la humanidad entera.

Génesis 3, 17

Al hombre le dijo: “Ahora por tu culpa la tierra estará bajo maldición, pues le hiciste caso a tu esposa y comiste del árbol del que te prohibí comer. Por eso, mientras tengas vida, te costará mucho trabajo obtener de la tierra tu alimento. Sólo te dará espinos que te hieran, y la hierba del campo será tu alimento.

Como vemos Jesús guarda los hechos del y desde el principio, les son vívidos perfectamente pues Él es el nuevo Adán.

Al decir “mujer” a su madre, al decir madre son éstos quienes escuchan mis palabras y la ponen en práctica. Los planes de Dios con Él se estaban restableciendo plenamente, se está restaurando los hechos del primer hombre.

Y María tras haberlo escuchado decir “¿Qué tienes conmigo, mujer?” y aún ella al escucharlo decir aquello. Ella comunica a los sirvientes “Haced todo lo que os dijere”, no se sintió ofendida, no reclamó a Jesús lo estricto de sus palabras.

Y cuando fue María a buscarlo junto a los hermanos de Jesús; Jesús menciona a quienes están reunidos oyendo su prédica ante el aviso que lo vinieron a buscar “madre son éstos quienes escuchan mis palabras” no yendo a su encuentro. Y María no insiste en modo alguno.

La fidelidad de María nos da a entender que interiorizó aquellos momentos del ángel cuando concebiría bajo el poder del Espíritu Santo; igualmente recordaría a los reyes de oriente tras apenas haber dado a luz al niño Jesús cuando vinieron y adoraron al niño recién nacido.

Recordaría las palabras de Simeón cuando fue al templo al presentarle al niño Jesús pues, su primer hijo, le fue varón y fue consagrado a Dios. También el oír las oraciones de la profetisa Ana cuando vio al niño allí.

También al ser prevenidos de huir por el desierto a Egipto por las advertencias en sueños a José para evitar que le diera muerte, el rey Herodes.

Como vemos María es la nueva Eva, al concebir a nuestro Señor en modo de pureza como virgen. Para llevar a cabo los designios de Dios como es que tenía en el principio de los tiempos, Eva, de quien Adán dijo “ella si es hueso de mis huesos y carne de mi carne será llamada mujer porque del hombre fue tomada”.

El modo de realización de una mujer por excelencia es de concebir y la pureza no la pierde pues es Dios actuando en aquel ser en unión legítima en el vínculo matrimonial con su esposo, entonces he aquí los bendice con un designio que Dios les da en el inicio de los tiempos y que también, en todo tiempo.

Génesis 1, 27 – 28

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y les dio esta bendición: “Quiero que se reproduzcan, quiero que se multipliquen, quiero que llenen la tierra y la pongan bajo su dominio. Que dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los seres vivos que se arrastran por el suelo”.

Salmos 1, 3

Y será como el árbol plantado junto a arroyos de aguas, que da su fruto en su tiempo; y su hoja no cae, y todo lo que hace, prosperará.

Mateo 13, 23

Pero aquél en quien se sembró la semilla en tierra buena, éste es el que oye la palabra y la entiende; éste sí da fruto y produce, uno a ciento, otro a sesenta y otro a treinta por uno.

Los hijos continúan el legado de Dios hacia la humanidad y viene de sus primeros padres; sea en número, sea en crecimiento personal, en todo aspecto pues llevan parte de los designios del matrimonio instituido por Dios.

Juan 10, 10 – 21

Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre. Volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras. Muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué le oís? Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?

Ahora retornando a lo que vivió María cuando tuvo que afrontar la persecución de Herodes.

Mateo 2, 13 – 15

Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo.

Lucas 2, 34 – 35

Los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha. Así se sabrá lo que en verdad piensa cada uno. Y a ti, María, esto te hará sufrir como si te clavaran una espada en el corazón.

Pero esto que hizo el rey Herodes es el dragón en el final de los tiempos pues se menciona en apocalipsis.

Apocalipsis 12, 4 – 6

Su cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo cuando ella diera a luz. Y ella dio a luz un hijo varón, que ha de regir a todas las naciones con vara de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tenía un lugar preparado por Dios, para ser sustentada allí, por mil doscientos sesenta días.

Los designios de Dios se cumplen desde el inicio de los tiempos, se cumplen hoy y se cumplirán en el fin de los tiempos.

Apocalipsis 22, 5

Allí nunca será de noche, y nunca nadie necesitará la luz de una lámpara ni la luz del sol, porque Dios el Señor será su luz, y ellos reinarán para siempre.

Ya Dios será quien otorgue la luz y los astros que nos traen el día y al ocultarse nos traen la noche no existirán más. Y respecto a la brecha el abismo que impuso el enemigo de Dios desde el principio se derribará completamente para salvación de los hombres cuando sea arrojado el demonio y sus ángeles al infierno.

Mateo 25, 41b

Aléjense de mí, malditos. Váyanse al fuego eterno que está preparado para el diablo y sus ángeles.

Lucas 16, 25 – 26

Pero Abraham le respondió: “Tú eres mi descendiente, pero recuerda que, cuando ustedes vivían, a ti te iba muy bien y a Lázaro le iba muy mal. Ahora, él es feliz aquí, mientras que a ti te toca sufrir. Además, a ustedes y a nosotros nos separa un gran abismo, y nadie puede pasar de un lado a otro.”

El maligno estaba desde el inicio pues era un ángel de Dios, pero prefirió las tinieblas por ser tentado por el abismo allí permanece.

Génesis 1, 1 – 2

Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra. La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas cubrían la faz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.

El abismo que interpuso las tinieblas, el maligno, de la luz, la luz y las tinieblas tuvieron que estar separadas.

El abismo solo lo puede llenar el amor de Dios que, es en esencia el creador, está muy arraigada en el espíritu del hombre, pero Dios no puede quebrantar la voluntad de libertad con que nació el hombre pues Dios ama a su creación no debe arrebatársele esta parte que lo hace ser un ser único y por eso nos ama.

Es el hombre que debe admitir que su espíritu, semejante al de Dios, puede traer las cosas celestiales o divinas dentro de sí.

Reconocerse esta parte de abismo en el pecado trae la perdición a sí mismo y a la humanidad.

Así, reconociendo o quitando esta parte de su espíritu por voluntad propia guiados o dejándose mover por la gracia del Santo Espíritu de Dios podrá deshacerse de esta parte de infierno que sembró el demonio en nuestros primeros padres Adán y Eva y se replica sobremanera de generación en generación, pero no prevalece en quienes se dejan ser guiados por Dios.

El viejo patrón o la potestad del diablo que fue derribado en el principio en la batalla que aconteció y en la que perdió contra Dios en el inicio de los tiempos. También, con la resurrección de Jesús. Y en el final de los tiempos con la humanidad llena del Espíritu de Dios.

Apocalipsis 20, 6

Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.

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  1. SINOPSIS DE LA NOVELA DANA

    El temor que infunden los papás de Dana y el modo de formarla de manera sobreprotectora, han hecho que, en su juventud, tenga problemas para desenvolverse plenamente; sin embargo, logrará hacerlo de algún modo al terminar esta fase de su vida; pese a todo no deja de encontrar dificultades al enamorarse, es así que ella y Alexander, quien se había iniciado como un trabajador en la fábrica del papá de ella pero que con mucho esfuerzo logró tener connotación allí teniendo un cargo administrativo importante; decide, junto a él, ocultar su amor.

    Conocedores de la autoridad y rectitud de su papá en dicha empresa textil y de los prejuicios de su mamá; buscarán la forma de encontrar la oportunidad para mostrar abiertamente sus sentimientos cuando él se convierta en copropietario de la empresa.

    Los problemas de sobrellevar la relación así traerán conflictos cuando sean descubiertos.

    DANA es una historia original en la cual se entrelazan los lazos de amor en familia y de pareja, pero también existe diferencias entre miembros al interior del hogar, así como en la fábrica del papá donde Dana trabaja junto a Alexander.

    Una historia en donde la sociedad siempre señala y juzga. Más aún, pareciera que nadie pudiera hacerle frente, pero el amor es el que prevalece al final del camino; es lo que une a quienes están en capacidad de brindarse en todo sentido sin rehuir de las adversidades.

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