Nuestra selección no obtuvo el triunfo anhelado, se jugó bien, fuimos superiores a Venezuela; pero no se reflejó en el marcador y eso trae enojo, es entendible.
Culpamos, y nos desubicamos a veces. Es normal en situaciones estresantes, pero no perdamos nunca el objetivo y si ahora nos desubicamos y nos echamos al abandono las consecuencias serían peores.
No se puede generalizar
nuestro malestar.
Eso no lo queremos en ningún sentido. Guardemos ecuanimidad es mejor reposar un poco, salir de todo esto por unos días y luego con la mente más despejada poder ver con mayor amplitud el largo camino que conlleva nuestras clasificatorias sudamericanas.
Es duro, nadie lo duda, pero paciencia que ya vendrán tiempos mejores. Esto me digo ahora “interpreta bien tus recuerdos para saber la decisión a tomar, es para no volver a entrar en los caminos errados en las que nos solemos meter por no afrontar estas situaciones cuando tenemos, aún, el malestar en el corazón”.
Entonces se viene este periodo de reflexión; cuando menos lo pensemos tendremos la solución que en realidad siempre estuvo y en todo momento al frente y visible entre nosotros.
No lo dudemos tomaremos la
decisión cuando se haya que tomar la decisión.
Que tengan buenas noches.
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